miércoles, 12 de octubre de 2011

LA IGLESIA

La Iglesia católica apostólica[1] es la iglesia cristiana más grande del mundo,[2] con 1.181 millones de bautizados,[3] el 17,40% de la población mundial, según los datos recogidos por el Anuario Pontificio de 2011 referentes al año 2009.[4] Está encabezada por el obispo de Roma, el Papa, que recibe el trato honorífico de "Su Santidad". El territorio gobernado directamente por el papa es la Ciudad del Vaticano, que es la sede de las instituciones (llamadas dicasterios) que le ayudan en el gobierno de la Iglesia universal. El actual papa es Benedicto XVI, nombre adoptado por el Cardenal electo Joseph Ratzinger.
La Iglesia católica se conoce como Iglesia católica apostólica romana o como Iglesia católica romana. Católica es término originario del idioma griego que significa universal. Se hace esta distinción en relación a otras iglesias cristianas, como la Comunión Anglicana y las Iglesias Ortodoxas, las cuales se refieren a sí mismas dentro de la única "Iglesia, una, santa, católica y apostólica" del Credo y que también serían católicas (tanto en sentido etimológico como en todo el contenido del término dado que se dirigen a prosélitos de todo el mundo). La diferencia de esas iglesias ortodoxas respecto de la Iglesia católica romana consiste en situarse fuera de la autoridad del Papa, o bien se trata de personas procedentes de países en los que el habla ha adoptado esta expresión debido al uso intenso por parte de comunidades relevantes de anglicanos y otros protestantes y de ortodoxos.
Existen Iglesias en plena comunión con el obispo de Roma que, al tener tradiciones litúrgicas distintas, no añaden el término "Romana". Por lo tanto, para englobar a las Iglesias orientales católicas y la Iglesia Católica Romana se usará el término más general Iglesia Católica, tal como está en el título del artículo.
En los países en los que el culto católico es mayoritario, a la Iglesia católica se le conoce normalmente con el término la Iglesia, término que en países como Suecia se aplicaría a la iglesia nacional luterana, o en Rumania, Bulgaria, Montenegro, Serbia, Georgia, Rusia, Albania, Etiopía, Armenia, la ex República Yugoslava de Macedonia o Grecia, a la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa.
Según una larga tradición, existen otros términos para referirse a la Iglesia católica, tales como Sacramento de Cristo, Pueblo de Dios, Cuerpo místico de Cristo, Esposa de Cristo, Jerusalén de arriba, edificación de Dios,[5] Barca de Pedro o Nave de salvación.[6]
La Iglesia católica tiene su sede central en Roma, a la que se denomina Sede Apostólica, relacionada con la Sede está el Estado de la Ciudad del Vaticano (Status Civitatis Vaticanæ, en latín y oficialmente; Stato della Città del Vaticano, en italiano), un enclave dentro de la ciudad de Roma, en la República Italiana. El Vaticano es un estado independiente y reconocido internacionalmente. Si bien el Estado Vaticano está estrechamente ligado a la Sede Apostólica, se trata de entidades distintas, ya que el Estado Vaticano es un poder temporal, mientras que la Sede Apostólica se entiende como poder espiritual para los católicos.

La palabra «Iglesia» ["ἐκκλησία" (ekklesia), del griego "ἐk-kαλεῖν"(ek-kalein) - 'llamar fuera'] significa 'convocatoria'. Designa asambleas del pueblo (cf. Hch 19, 39), de carácter religioso. Es el término frecuentemente utilizado en el texto griego del Antiguo Testamento para designar la asamblea del pueblo elegido en la presencia de Dios, sobre todo cuando se trata de la asamblea del Sinaí, en donde Israel recibió la Ley y fue constituido por Dios como su pueblo santo (cf. Éxodo 19; 5, 1. 3). Dándose a sí misma el nombre de "Iglesia", la primera comunidad de los que creían en Cristo se reconoce heredera de aquella asamblea. En ella, Dios "convoca" a su Pueblo desde todos los confines de la tierra. El término "Kiriaké", del que se deriva las palabras "church" en inglés, y "Kirche" en alemán, significa "la que pertenece al Señor".[7]
El término «católico» proviene del griego καθολικός (katholikós), que significa 'universal'. Ignacio de Antioquía da en el año 110 el testimonio más antiguo de este nombre: "Que la muchedumbre se reúna allí donde haya un Obispo, al modo como la Iglesia Católica está allí donde está Cristo".[8] En los tres primeros siglos de la Iglesia los cristianos decían "cristiano es mi nombre, católico es mi apellido".[9] Posteriormente se usó el término "católico", para distinguirse de otros grupos cristianos cuyas doctrinas diferían de la línea principal (como los gnósticos).
Teológicamente el término "iglesia" designa al pueblo creyente que Dios llama y reúne de todas partes para formar la "asamblea" de todos aquellos, que por la fe y el Bautismo, han sido hechos "hijos de Dios",[10] "miembros de Cristo"[11] y "templo del Espíritu Santo

Características


La Eucaristía (de rito oriental).
La Iglesia católica se ve a sí misma y se proclama como la encargada por Jesucristo para ayudar a recorrer el camino espiritual hacia Dios viviendo el amor recíproco y por medio de la administración de los sacramentos (bautismo, confirmación, eucaristía, penitencia, unción de los enfermos, orden sacerdotal o matrimonio), a través de los cuales Dios otorga la gracia al creyente.
La Iglesia católica se concibe a sí misma como la única Iglesia fundada por Cristo, y por tanto, la única auténtica frente a las demás iglesias y denominaciones cristianas que han surgido históricamente después de ella.[14]
La Iglesia católica considera que tiene encomendada la misión de elaborar, impartir y propagar la enseñanza cristiana, así como la de cuidar de la unidad de los fieles. Debe también disponer la gracia de los sacramentos a sus fieles por medio del ministerio de sus sacerdotes. Además, la Iglesia católica se manifiesta como una estructura jerárquica y colegial, cuya cabeza es Cristo, que se sirve del colegio de los apóstoles, y que en la historia posterior ejerce la autoridad mediante sus sucesores: el Papa y los obispos.[15]
La autoridad para enseñar el Magisterio de la Iglesia basa sus enseñanzas en la Revelación,que está expresada tanto en las Sagradas Escrituras como en la Sagrada Tradición

De acuerdo al Catecismo de la Iglesia católica, ésta es Una, Santa, Católica y Apostólica. Estos cuatro atributos, inseparablemente unidos entre sí, indican rasgos esenciales de la Iglesia y de su misión.[16]
Los católicos profesan su fe en los cuatro atributos (o notas) de la Iglesia a través del Credo de los Apóstoles y del Credo Niceno-Constantinopolitano. Las notas de la Iglesia son Dogma de Fe, estas son según la enseñanza oficial:
Unidad: La Iglesia es "una" debido a su origen, Dios mismo. Dios es uno según la doctrina católica. Es una debido a su Fundador, Cristo. El apóstol San Pablo, en su Primera Carta a los Corintios, hace referencia a la Iglesia como "Cuerpo de Cristo": Las partes del cuerpo son muchas, pero el cuerpo es uno; por muchas que sean las partes, todas forman un solo cuerpo.[17] En otra carta, también Pablo enseña sobre este atributo: Mantengan entre ustedes lazos de paz y permanezcan unidos en el mismo espíritu. Un solo cuerpo y un mismo espíritu, pues ustedes han sido llamados a una misma vocación y una misma esperanza. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está por encima de todos, que actúa por todos y está en todos.[18] Cristo mismo enseña y ruega por esta unidad de su Iglesia: Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti. Que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.[19]
Santidad: la Iglesia católica, a pesar de los pecados y faltas de cada uno de sus miembros que aún peregrinan en la Tierra, es en sí misma "santa" pues "Santo" es su fundador y "santos" son sus fines y objetivos. Asimismo, es santa mediante sus fieles, ya que ellos realizan una acción santificadora, especialmente aquellos que han alcanzado un alto grado de virtud y han sido canonizados por la misma Iglesia. La Iglesia católica contiene la plenitud de los medios de santificación y salvación. Es Santa porque sus miembros están llamados a ser santos.[20]
Catolicidad: con el significado de "universal" la Iglesia es "católica" en cuanto busca anunciar la Buena Nueva y recibir en su seno a todos los seres humanos, de todo tiempo y en todo lugar, que acepten su doctrina y reciban el Bautismo; dondequiera que se encuentre uno de sus miembros, allí está presente la Iglesia católica. También es "católica" porque Cristo está presente en ella, lo que implica que recibe de Él la plenitud de los medios de salvación.[21]
Apostolicidad: la Iglesia católica fue fundada por Cristo sobre el fundamento de Pedro y los demás apóstoles.[22] Todo el Colegio Apostólico goza de autoridad y poder siempre que esté en comunión con Pedro y sus sucesores;[23] Pedro y los demás Apóstoles tienen en el Papa y los Obispos a sus sucesores, que ejercen la misma autoridad y el mismo poder que en su día ejercieron los primeros, que fueron elegidos e instituidos por Cristo.[24] También es "apostólica" porque guarda y transmite las enseñanzas oídas a los apóstoles.[25]
Estos atributos se encuentran en todas las Iglesias particulares que engloba la Iglesia católica, que son las Iglesias particulares de la Iglesia Católica Romana (Rito Latino) y las Iglesias Rituales Autónomas (Ritos Orientales); todas ellas tienen en común los mencionados atributos o características esenciales y la autoridad suprema del Sumo Pontífice como vicario de Cristo en la Tierra.
La Iglesia católica se considera a sí misma como heredera de la tradición y la doctrina de la iglesia primitiva fundada por Jesucristo y, por lo tanto, como la única representante legítima de Cristo en la Tierra. Mediante la figura de los obispos, sucesores sin interrupción de los apóstoles, cumple con el mandato de Jesús de cuidar de su ovejas.[26]
Asunción de la Virgen, Tiziano, Santa María dei Frari (Venecia). Una creencia que distingue al catolicismo del resto del cristianismo son los dogmas marianos.

Doctrina esencial

La doctrina fundamental para la Iglesia católica se encuentra en el Credo, que recoge las fórmulas de fe elaboradas en los primeros concilios de la historia. El Credo encuentra una explicación sistemática en el Catecismo de la Iglesia católica, aprobado en 1992 por Juan Pablo II.
Una característica sobresaliente y genuina para distinguir a los católicos de los demás grupos cristianos es su aceptación de todos los concilios ecuménicos de la historia (desde el Concilio de Nicea I hasta el Concilio Vaticano II).
La noción de Revelación es central en la doctrina católica, porque bajo tal término se incluyen dos fuentes inseparables entre sí: la Sagrada Escritura y la Tradición. Una síntesis sobre este tema se encuentra en la constitución dogmática Dei Verbum del Concilio Vaticano II. Para los católicos el culmen de la Revelación es Jesucristo.[27]
También es notable la posición que ocupa el obispo de Roma. Este recibe el título de Papa y se le considera no sólo obispo de su diócesis sino Obispo de la Iglesia católica entera, es decir, Pastor y Doctor de todos los cristianos debido a que es considerado el sucesor de San Pedro.[28] Su elección ha ido variando a lo largo de la historia; desde el siglo XI es elegido por el colegio cardenalicio en el cónclave. El Papa actual es Benedicto XVI (que sería el Papa número 265).
El Papa goza en la Iglesia católica de un estatus de jerarquía suprema, poseyendo el primado sobre todos los demás obispos y la plenitud de la potestad de régimen (como se denomina en la Iglesia católica al poder legislativo, ejecutivo y judicial), la cual puede ejercer de forma universal, inmediata y suprema sobre todos y cada uno de los pastores y de los fieles católicos. La autoridad del obispo de Roma, su jerarquía dentro del Magisterio de la Iglesia católica es reconocida solo por los católicos, y no así por los cristianos no católicos, y fue expuesta en diversos momentos de la historia y de modo especial en el Concilio Vaticano I.
Otras partes de la doctrina católica, sobresalientes y distintivas en relación al resto de los cristianos, son la creencia en el Dogma de la Inmaculada Concepción, y en la Asunción de María, madre de Jesús, así como la fe en la autoridad espiritual efectiva de la Iglesia católica para perdonar pecados y remitir las penas temporales debidas por ellos, mediante el Sacramento de la Penitencia y las indulgencias.
Otro dogma sobresaliente en la Iglesia católica es la creencia en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, en que mediante el cambio que es llamado transubstanciación el pan y el vino presentados en el Altar se transforman en el cuerpo y en la sangre de Cristo

La Iglesia católica tiene miembros en todos los países de la Tierra[cita requerida], aunque su proporción en la población varía desde una mayoritaria en algunos a casi nula en otros. Es una organización jerárquica en la que el clero ordenado está dividido en obispos, presbíteros y diáconos. El clero está organizado de forma jerárquica, pero tiene en cuenta la comunión de los fieles. Cada miembro del clero depende de una autoridad superior, pero la autoridad superior debe ejercer su gobierno teniendo en cuenta la comunidad, a través de consultas, reuniones e intercambio de ideas.
Basílica de San Juan de Letrán, catedral de Roma y Madre y Cabeza de todas las iglesias del Mundo, por su condición de sede del Romano Pontífice.
Territorialmente, la Iglesia católica se organiza en diócesis o Iglesias particulares, cada una bajo la autoridad de un obispo; algunas de éstas, de mayor rango, son llamadas arquidiócesis (o archidiócesis) y están bajo la autoridad de un arzobispo. En las iglesias orientales católicas, estas circunscripciones suelen llamarse eparquías y archieparquías, respectivamente. En septiembre de 2011, existen 2818 diócesis, de las cuales 629 son arquidiócesis [1]. La diócesis de Roma, que incluye a la Ciudad del Vaticano, es la Sede Papal. Asimismo, existen 9 Patriarcados (3 latinos y 6 de ritos orientales), 9 Exarcados Patriarcales y 5 territorios dependientes de Patriarcas.
Algunos territorios, sin llegar a considerarse diócesis, funcionan en la práctica como tales: son las prelaturas y abadías territoriales, regidas por un prelado o un abad, respectivamente. Actualmente, existen 46 prelaturas territoriales, más del 80% en América Latina (sobre todo en Brasil y Perú), y 11 abadías territoriales, principalmente en Italia, así como 1 prelatura personal (la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei), con sede en Italia, 36 ordinariatos militares, 8 ordinariatos para los fieles de ritos orientales que se encuentran en territorios sin eparca (obispo) de su propio rito y 1 ordinariato personal para los fieles convertidos del anglicanismo (católicos de rito anglicano), en el Reino Unido.
Las diócesis pueden agruparse en provincias eclesiásticas y éstas, a su vez, en regiones eclesiásticas. La arquidiócesis que preside una provincia eclesiástica es llamada metropolitana. En ocasiones, la provincia eclesiástica está conformada únicamente por la arquidiócesis metropolitana. De las 629 arquidiócesis existentes, 547 son metropolitanas, 4 son archieparquías mayores (una de ellas posee además 3 exarcados archiepiscopales, en Ucrania) y las restantes 78 son llamadas arquidiócesis archiepiscopales.
Los territorios en donde la organización de la Iglesia aún no es suficiente para erigir una diócesis (o una eparquía) son dirigidos por un vicario (o exarca) y son llamados vicariatos (o exarcados) apostólicos; actualmente existen 86 vicariatos apostólicos (sobre todo en América; pero también en África y Asia) y 17 exarcados apostólicos (sobre todo en Europa; pero también en América y Asia). Si la organización es muy incipiente, se erigen prefecturas apostólicas (actualmente existen 38, más de las tres cuartas partes en China). Por razones graves, se erigen administraciones apostólicas estables (actualmente existen 8); además, existe la Administración Apostólica Personal de San Juan María Vianney, en Brasil (diócesis de Campos), para los fieles que se adhieren al "rito romano extraordinario" o Misa tridentina. En los territorios en que la Iglesia aún no ha penetrado oficialmente, se organizan misiones independientes sui iuris (actualmente existen 9).
El gobierno de la Iglesia Católica reside en los obispos, a quienes ayudan los sacerdotes:
  • Los obispos: se encargan de cada diócesis. Son ayudados por los presbíteros y los diáconos. Ningún obispo, aunque haya sido nombrado cardenal, tiene autoridad sobre otro, sino que cada uno depende directamente del Papa.
  • Los cardenales: ayudan al Papa en la acción pastoral de la Iglesia Católica universal y en la administración del Vaticano y la Curia Romana. Cuando el Papa muere, eligen al sucesor en un cónclave. Colectivamente forman el Colegio Cardenalicio. Los cardenales son elegidos personalmente por el Papa.
  • El Papa: es electo por el Colegio de Cardenales, reunido en cónclave. En 1871, el Concilio Vaticano I hizo énfasis particular sobre la ya existente doctrina de la infalibilidad papal, lo cual ha generado hasta el día de hoy grandes polémicas. Él desarrolla su ministerio coadyuvado por dos grupos de colaboradores: los cardenales y el concilio ecuménico.
  • El concilio ecuménico: asamblea de todos los obispos del mundo presidida por el Papa, es convocado cuando hay que tomar las decisiones más importantes, en materia de fe (dogmas) y de moral.
Los obispos de un país pueden organizarse en una conferencia episcopal (o asamblea de Ordinarios, en Oriente), cuyos cargos son electivos entre los obispos de la misma nación. También existen organizaciones inter-diocesanas que involucran a más de un país. Tenemos así:

Congregaciones y órdenes

Las órdenes religiosas no forman parte en cuanto órdenes de la jerarquía de la Iglesia Católica, pero dependen del Papa y de los obispos de formas diversas. Ellas pueden ser de dos tipos:
  • Órdenes religiosas de derecho diocesano: dependen del obispo de la diócesis en la que han sido reconocidas.
  • Órdenes religiosas de derecho pontificio: dependen directamente del Papa, aunque deben trabajar en comunión con los obispos de las diócesis en las que actúan.
Las congregaciones y órdenes religiosas son establecidas conforme a los tres votos básicos de pobreza, castidad y obediencia. El origen de cada una se explica, según los católicos, por una inspiración dada al fundador, que debe ser reconocida como auténtica por la autoridades jerárquicas. Tal inspiración o carisma se concreta en constituciones que valen sólo si son aprobadas por las autoridades jerárquicas, y según las cuales deben vivir los miembros de cada orden o congregación. Después del renacimiento, los nuevos movimientos fundados dejan de recibir el nombre orden y se llaman congregaciones. No todas las congregaciones hacen el voto de pobreza, algunas hacen sólo un compromiso de pobreza utilitaria.
Dentro de la Iglesia Católica se encuentran muchas órdenes religiosas monásticas de frailes y monjas, así como también congregaciones e Institutos de vida religiosa. Sus miembros suelen hacer los votos de obediencia, pobreza y castidad; de todos modos los votos a realizar quedan a disposición de la cada institución. Todos ellos dedican sus vidas enteramente a Dios. Otras prácticas religiosas incluyen el ayuno, la meditación, la oración, la penitencia y la peregrinación.
La finalidad fundamental de los miembros de las órdenes y congregaciones es salvar su propia alma y ser ejemplo salvífico para toda la sociedad con su pobreza, castidad y obediencia, vividas conforme al carisma específico de la constitución de cada orden o congregación.
 
     
 

No sabemos a qué grupo de personas pertenezcas tú. Si eres católico y no te has acercado mucho a tu Iglesia, este puede ser un medio para que lo hagas, verás que la religión no es como muchos piensan: algo fuera del mundo, que nada tiene que ver con la vida cotidiana. Al contrario, ser cristiano significa vivir de cierta forma cada circunstancia de la vida; en el trabajo, en la escuela, en las diversiones, en las relaciones humanas, un cristiano debe notarse y con su ejemplo, debe impregnar su entorno con los valores evangélicos, que son: la justicia, la paz, la verdad y el amor. Si cada cristiano viviera como tal, este mundo sería diferente.Si perteneces a cualquier otra Iglesia, no está de más que te asomes a conocer un poco del catolicismo, para que juzgues por ti mismo y tal vez puedas valorar lo que hay en otros credos distintos al tuyo.Si no eres creyente, es posible que te resulte interesante conocer lo que pensamos quienes creemos en Dios, a cerca de muchos conceptos de la vida del hombre. Conocer siempre aumenta la cultura, así es que no te estorbará enterarte de la doctrina que un hombre llamado Jesús, hace dos mil años, allá por Medio Oriente, enseñó a un grupo de doce personas que se atrevieron a emprender una aventura llamada Iglesia, que perdura hasta nuestros días y ha dado sentido a la vida de muchos hombres y mujeres del mundo.

Primero que nada, debes ubicar a la Iglesia Católica como "Cristiana", somos la Iglesia fundada por Cristo hace dos mil años, por tanto, somos ante todo Cristianos, es decir, seguidores de Cristo. Decir Iglesia Católica, se refiere a la denominación de nuestra Iglesia: "católico" significa "universal", o sea que la Iglesia que Cristo fundó es para todos los hombres de todas las naciones y de todos los tiempos.
Aquí encontrarás concretamente los fundamentos de la Iglesia Católica, sus características, su misión y jerarquía. En otros espacios de esta misma página podrás encontrar muchos aspectos de la doctrina cristiana dividida en diferentes temas.

 

 

 

Definición de Iglesia  
Iglesia, viene del griego Ekkesia, significa "asamblea", "convocación". Designa a la asamblea del pueblo, en general de carácter religioso. En el lenguaje cristiano, la palabra Iglesia designa no sólo la asamblea litúrgica, sino también a la comunidad local, a toda la comunidad universal de los creyentes.
La Iglesia es el Pueblo que Dios reúne en el mundo entero.
La Iglesia, Pueblo de Dios, tiene como identidad, la dignidad de los hijos de Dios en cuyos corazones habita el Espíritu Santo; Como ley, el mandamiento nuevo de amar como el mismo Cristo nos ha amado; como misión, acoger la salvación y llevarla a los hombres y como destino, el Reino definitivo de Dios, del que ya es germen.

 

 

Origen y fundación
  "
Y ahora yo te digo: Tú eres Pedro, o sea 'Piedra' y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia que los poderes del Infierno no podrán vencer. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos: todo lo que ates en la tierra será atado en el cielo, y lo que desates en la tierra será desatado en los cielos". Mt 16, 18-19


La Iglesia ha sido prefigurada ya desde el origen del mundo y preparada maravillosamente en la historia del pueblo de Israel y en la Antigua Alianza, se constituyó en los últimos tiempos, se manifestó por la efusión del Espíritu y llegará gloriosamente a su plenitud al final de los siglos.
El Señor Jesús comenzó su Iglesia con el anuncio de la Buena Nueva, es decir, de la llegada del Reino de Dios prometido desde hacía siglos en las Escrituras. La Iglesia es el Reino de Cristo, presente ya en misterio.
El Señor Jesús dotó a su comunidad de una estructura que permanecerá hasta la consumación del Reino. Los Doce, con Pedro a su Cabeza, (Cf. Mc 3,14-15) y los otros discípulos participan en la misión de Cristo, en su poder, y también en su suerte.
La Iglesia ha nacido principalmente del don total de Cristo. El Concilio nos dice que: "El agua y la sangre que brotan del costado abierto de Jesús crucificado son signo de este comienzo y crecimiento"(Vaticano II, LG 3). Del costado de Cristo dormido en la cruz nació el sacramento admirable de toda la Iglesia.

 

 

 

 

MisiónCuando el Hijo terminó la obra que el Padre le encargó realizar en la Tierra, fue enviado el Espíritu Santo el día de Pentecostés para que santificara continuamente a la Iglesia. La Iglesia es por su misma naturaleza, misionera enviada por Cristo a todas las naciones para hacer de ellas discípulos suyos (Cf. Mt 28,19-20)
Para realizar su misión el Espíritu Santo la construye y dirige con diversos dones jerárquicos y carismáticos. La Iglesia recibe la misión de anunciar y establecer en todos los pueblos el Reino de Cristo y de Dios. Ella constituye el germen y el comienzo de este Reino en la Tierra.
Hasta el día que Cristo vuelva glorioso, la Iglesia avanza en su peregrinación a través de las persecuciones del mundo y de los consuelos de Dios. Aquí en el mundo, ella se sabe en exilio, lejos del Señor. (Cf. 2Cor. 5,6; LG 6)
.

 

 

 

El misterio de la IglesiaEn la Sagrada Escritura encontramos muchas imágenes y figuras para revelar el Misterio de la Iglesia.

* La Iglesia es El Pueblo de Dios: La nueva asamblea que resulta de Pentecostés es el "nuevo pueblo" que nace de la Nueva Alianza realizada y sellada con la Sangre de Cristo. (Cf. 1Co 11,25). Es el Nuevo Pueblo que se hace universal; el Espíritu prometido a toda criatura.

* La Iglesia es El Cuerpo de Cristo. En este pueblo Dios nos concede participar de su Espíritu y ese mismo Espíritu es el que nos constituye místicamente en el Cuerpo de Cristo; por el Bautismo nos configura con Cristo; por la Eucaristía, somos elevados a una comunión con Él (Cf. 1Co 12,27) y entre nosotros (Rom 12,5). El Espíritu es el que nos une y forma como Cuerpo de Cristo, pero creando y manteniendo la diversidad de funciones, dones y carismas, que han de estar puestos al servicio de la unidad del propio Cuerpo de Cristo.

 

 

 

Iglesia primitiva  
La comunidad cristiana de los primeros años, marca la figura esencial de lo que debe ser la Iglesia, es decir, toda comunidad cristiana y se distingue por:

ð escuchar y meditar la Palabra del Señor;
ð partir el pan, misterio de muerte y resurrección de Cristo, presente en la Eucaristía;
ð vivir y estar juntos, formando un cuerpo fácilmente visible e identificable;
ð testimoniar por todas partes que Jesús ha resucitado y es el único Señor y Salvador;
ð dedicarse a los pobres y desvalidos, imitando a su Señor, que siendo rico se hizo pobre;
ð afrontando y corrigiendo con amor los problemas internos, según el Espíritu;
ð asumiendo los apóstoles la función y ministerio de pastores.
.

 

 

 

CaracterísticasEn la Profesión de Fe -nuestro "Credo"- los cristianos hablamos de cuatro atributos inseparables de la Iglesia, que indican sus rasgos esenciales y su misión, según la voluntad de Cristo. Decimos a cerca de la Iglesia que es:

- UNA. Tiene un solo Señor, confiesa una sola fe, nace de un solo Bautismo, forma un solo cuerpo, vivificado por un solo Espíritu, orientado a una única esperanza a cuyo término se superan todas las divisiones.
- SANTA. Dios Santísimo es su autor. Cristo su Esposo, se entregó por nosotros para santificarla; el Espíritu de Santidad la vivifica, aunque esté formada por pecadores. En los santos brilla su santidad; y en María que es ya la enteramente santa.
- CATÓLICA. Quiere decir UNIVERSAL. Anuncia la totalidad de la fe, lleva en sí y administra la plenitud de los medios de salvación; es enviada a todos los pueblos; se dirige a todos los hombres; abarca todos los tiempos; es por su propia naturaleza, misionera.
- APOSTÓLICA. Está edificada sobre sólidos cimientos: "los doce apóstoles de Cristo", es indestructible; Jesús prometió "estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mt. 28,20) se mantiene infaliblemente en la verdad; Cristo la gobierna por medio de Pedro y los demás apóstoles, presentes en sus sucesores, el Papa y el Colegio Episcopal (de Obispos).

 

 

 

Sus miembrosSan Pedro dice: "vosotros sois linaje elegido, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo adquirido" (1 Pe 2,9). Cristo al ser ungido por el Padre con el Espíritu Santo ha quedado constituido como Sacerdote, Profeta y Rey. Cristo ha comunicado la misma unción del Espíritu al pueblo por Él fundado, convirtiéndolo en pueblo mesiánico haciéndole partícipe de su dignidad y misión. Cada miembro de la Iglesia, por su Bautismo es convertido en:

· SACERDOTE: Es un sacerdocio común de los fieles, por el cual todos estamos llamados a la perfección de la santidad, se ejerce a través de la oración, la ofrenda de sí mismo, el testimonio que se da de Cristo. Se alimenta y se expresa en la participación de los sacramentos.

· PROFETAS: El pueblo de Dios participa del carácter y misión profética de Cristo, dando testimonio de Él con su vida de fe y de amor. Perdura en la Iglesia el testimonio de los Apóstoles que nos transmitieron lo que habían visto y oído. Para dar este testimonio, el Espíritu de la Verdad suscita y sostiene en todo el pueblo el sentido sobrenatural de la fe, con el que bajo la dirección del Magisterio Eclesial, acoge la Palabra, se adhiere indefectiblemente a la fe transmitida, la profundiza con juicio recto, la aplica a su vida y la difunde a los demás.

· REY: Cristo es Rey y Señor del Universo, porque por haber sido obediente hasta la muerte y haberse hecho servidor de todos, fue exaltado por el Padre que le sometió todas las cosas. Cristo comunicó este poder a sus discípulos para que también ellos dispusieran de una libertad soberana y vencieran el reino del pecado. Los Cristianos ejercen su realeza sirviendo a Cristo en sus hermanos, sobre todo en los más pobres y necesitados.

 

Unidad y diversidad
El Pueblo de Dios es uno y único, todos sus miembros tienen la misma dignidad, ya que todos son renacidos por el mismo Bautismo. Por eso en la Iglesia no hay diferencia por razones de raza, nacionalidad, sexo o condición social (Cf. Gal 3,28).
Sin embargo el Espíritu Santo reparte entre la única Iglesia, una diversidad de dones y carismas que capacitan para distintos ministerios y actividades. A cada uno se le da la manifestación del Espíritu para el bien común (1Co 12,7).
Así, unos han recibido la gracia y misión de ser maestros, administradores de los misterios y pastores de los demás en el nombre y la autoridad de Cristo. Son los Obispos, Presbíteros y Diáconos, son ellos a quienes conocemos como "jerarquía de la Iglesia".
Otros, los laicos, han sido llamados a ejercer la misión del Pueblo de Dios inmersos en el mundo para transformarlo desde dentro, como "fermento de masa".
Otros, los consagrados, han recibido la vocación de consagrar toda su vida al Reino de Dios, imitando los consejos evangélicos, la vida de Jesús, mediante la castidad, la pobreza y la obediencia.

En cualquier estado de vida, el Espíritu Santo reparte además multitud de carismas especiales, personales o colectivos, para sobrevivir a las necesidades concretas del Pueblo de Dios. Éstos son dones o gracias del Espíritu Santo que tienen una utilidad eclesial, están ordenados a la edificación de la Iglesia, al bien de los hombres y las necesidades del mundo. .

       

             
                                            

No hay comentarios:

Publicar un comentario