El término escuela deriva del latín schola y se refiere al establecimiento donde se da cualquier género de instrucción. También permite nombrar a la enseñanza que se da o que se adquiere, al conjunto de profesores y alumnos de una misma enseñanza, al método, estilo o gusto peculiar de cada maestro para enseñar, y a la doctrina, principios y sistema de un autor.
EscuelaEn el arte, la escuela define al conjunto de discípulos, seguidores o imitadores de una persona o de su doctrina. El concepto permite distinguir a las obras de una época o región (por ejemplo, escuela romántica).
El Estado debe garantizar la educación de su pueblo. Por eso, su función es inspeccionar y supervisar las escuelas para que funcionen de forma correcta y brinden el mejor servicio educativo a sus estudiantes.
De acuerdo a las distintas concepciones de la enseñanza, pueden mencionarse diferentes modelos de escuela: la escuela selectiva (que considera que hay una cultura dominante cuyos valores son los que se deben transmitir), la escuela compensatoria (los valores de la cultura dominante son los “normales” e intenta compensar los déficit para alcanzarlos), la escuela comprensiva (destaca los valores positivos y negativos de cada cultura), la escuela inclusiva (parte de las capacidades de cada persona para transformar el entorno y acaba con la desigualdad) y la escuela moderna (que busca educar de una manera racionalista, secular y no coercitiva).
En la actualidad, las escuelas se dividen entre públicas y privadas. Mientras que las primeras se encuentran bajo control del Estado y son gratuitas, las escuelas privadas son administradas por particulares o empresas que cobran una cuota por los servicios educativos que brindan
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esfuerzos para planteadas en las diversas ciencias y actividades económicas no es posible pensar en un individuo que conozca todo y encare la solución de los problemas cual dios griego. El intercambio de puntos de vista enriquece la visión de cada integrante de los equipos de trabajo; con ello se aprende y se cometen menos errores en las hipótesis de trabajo. Esta necesidad de trabajar en equipos hace que el estudioso valore la opinión disidente, aprenda a escuchar y realice entender. Individual y solitario
Todo lo dicho no contradice la formación de sólidas individualidades acostumbradas al estudio solitario y esforzado. La adquisición de ciertas habilidades intelectuales y manuales necesarias para participar productivamente en un equipo requiere del entrenamiento intensivo. Y éste suele ser individual. Recién una vez adquiridos importantes conocimientos y capacidades la persona está en condiciones de formar parte de los equipos de trabajo.
La Institución
Desprestigio
Si bien algunas encuestas la reconocían hasta hace poco como una de las instituciones con más credibilidad y los discursos de políticos y sindicalistas de todos los colores incluyen su defensa, a la hora de las verdades nos encontramos con una sociedad que actúa como si la escuela fuera la más desprestigiada de las instituciones.
Y esta última afirmación no se refiere a gobernantes y políticos solamente. Involucra a los padres, a los alumnos y a los propios docentes.
Padres
Los padres aceptan de buen grado una actitud flexible en lo que se refiere a su trabajo, relación de pareja y amistades; pero exigen una escuela que mantenga el rigor y la obediencia en sus hijos. Lo que sobre todo agradecen a la escuela es la contención que ésta realiza del joven manteniéndolo “entre cuatro paredes” protegido de enemigos tenebrosos. También es notable el desprecio que manifiestan por los conocimientos a la hora de defender a sus hijos ante un aplazo o cuando repiten el curso. En esos casos no vacilan en desautorizar a quien sea con tal de evitar la pérdida
Jóvenes
Por otra parte, los jóvenes toman a manos llenas toda la libertad que les posibilita esta nueva visión del mundo fuera de la institución educativa. Adquieren destrezas importantes en aquellos terrenos que resultan de su interés y no es raro verlos realizar ingentes esfuerzos para lograr ciertos éxitos valorados entre sus pares. Sin embargo, en sus conductas escolares aparecen la falta de interés, el facilismo, las actividades lúdicas escapistas, el abandono personal, la falta de contracción al trabajo, la irresponsabilidad, la mentira.
Hay, y no son pocos, los que rápidamente descubren, y así lo manifiestan, que no hace falta concurrir a una institución educativa para aprender lo que ellos quieren saber. En lo que respecta a la valoración de las instituciones educativas basta con recordar las técnicas de copiado en exámenes, la poca inquietud por aprobar las materias, las faltas de respeto al personal y a las instituciones escolares, los desmanes en sus fiestas, los daños ocasionados a los pupitres y edificios escolares.
Desgraciadamente muchos jóvenes utilizan las instituciones educativas para “pasarla bien” sin tener que asumir responsabilidades ni compromisos que por otra parte el sistema educativo no le plantea con coherencia.
Docentes
Por último veamos a los docentes. Cada vez se exige menos saber académico en la formación del docente.
Muy poco efectivo puede ser el trabajo realizado en el aula con una carga horaria de cuarenta y tantas horas semanales y con una población de más de treinta y cinco alumnos por curso por atender. Es sabido que el porcentaje de inasistencia docente ronda el 30% de las horas a dictarse y que en un porcentaje muy significativo los docentes aceptan dictar cátedras para las que no están preparados académicamente.
Este panorama refleja, más que ninguna declaración, la opinión de los docentes sobre la función de la escuela.
Organización
Docentes y alumnos supeditados rígidamente a la organización
En realidad las estrategias administrativas y legales de las instituciones educativas están orientadas a satisfacer el cumplimiento de las rutinas superficiales que tienden a asegurar la escolaridad más que a crear las condiciones adecuadas para que los alumnos aprendan.
La organización es tal que asegura el horario de entrada y de salida, los recambios de profesores, dar la cantidad de horas asignadas a cada disciplina, que los docentes puedan trabajar en varias instituciones, cumplir con la responsabilidad administrativa de informar quiénes aprueban y quiénes no y otras semejantes. De ninguna forma se busca crear las condiciones óptimas para el proceso de enseñanza-aprendizaje ya que la estructuración es rígida e inamovible.
Relaciones de aprendizaje
Homogeneidad vs. heterogeneidad
La amplitud, la permisividad social no se instaló en las instituciones educativas que, si bien resultan tolerantes con peinados raros, cabellos verdes o respuestas insolentes, para nada lo son en lo que respecta a su función pedagógica. El modo de establecer las relaciones pedagógicas es rígido, esquemático, con jerarquías que no condicen con la realidad, con metas que no son del interés de nadie, sin espacios para la creatividad ni para la manifestación de las distintas personalidades.
Desinterés por las individualidades
Consecuencia de la homogeneización es la anulación de las individualidades: ni docentes ni alumnos tienen individualidad. Así es como se pierde la posibilidad de movilizar al alumno con la presentación de una diversidad que lo obligue a elegir, a componer, a asociar, a disentir, a opinar, a proponer. No se establece una relación con cada alumno, sino que se da clase al montón.
Tampoco la institución escolar se preocupa por qué quiere, qué busca, qué necesita el docente. Esto es, la institución y las autoridades tratan a los docentes como si fueran un cuerpo monolítico.
Ausencia de diálogo, ausencia de proceso
No hay creatividad, la actividad está fosilizada, falta libertad, se valora casi excluyentemente la homogeneización, se ignoran las individualidades. Todo esto lleva inevitablemente a la falta de diálogo y, por lo tanto, a la ausencia de proceso. Lo que se ha matado es el proceso de aprendizaje. El docente está solo detrás del escritorio y el alumno solo delante del escritorio.
Líderes y equipos de trabajo
Una de las carencias más pronunciadas de nuestras escuelas es la falta de líderes estudiantiles y de equipos de trabajo. Al cercenar las posibilidades de mostrarse como diferentes a los demás, los líderes sólo se desarrollan en la parte no oficial de las instituciones. Están los jóvenes que lideran las “barritas” que se concentran en desmanes o perturbaciones de clases y en enfrentamientos con otras “barritas”. Pero no hay mecanismos para encauzar algunas naturales dotes de dirigentes hacia el trabajo en equipo de los alumnos.
Imaginemos
¿Cómo debiera ser el lugar para enseñar y aprender?
Imaginemos en primer lugar, un espacio amplio y cálido, colmado de libros, películas, música, revistas, enciclopedias digitales, software de todo tipo, pinturas, esculturas, instrumentos musicales, elementos para deportes. No nos olvidemos de una buena cantidad de computadoras conectadas a Internet. Es decir, un espacio que forme parte del mundo, aunque se halle acotado para un fin específico: la enseñanza. En ese espacio los docentes y los alumnos deben poder disponer de todo el tiempo necesario para hacer uso de estos materiales y para construir un diálogo fecundo de transmisión y adquisición de conocimientos, habilidades y experiencias. Los momentos y los tiempos se darán según la necesidad del trabajo.
Pero lo más importante del lugar es que pueda construirse en él un clima de trabajo serio y gratificante. Sobre todo, es necesario construir una relación exenta de violencia, de imposiciones y de enfrentamiento. Es muy importante eliminar los encajonamientos externos; sí es positivo y deseable establecer mediante acuerdos los límites, las obligaciones y los derechos de los docentes, los alumnos, los padres y los funcionarios.
Las escuelas deben ir perdiendo el aspecto de lugar de encierro que han ido adquiriendo con los años. Simplemente porque hay que lograr que el alumno esté en la institución porque quiera estar no porque esté obligado.
Cuatro Instrumentos
Ahora bien, si tuviéramos el lugar apropiado, ¿qué más podríamos hacer? Necesitamos cuatro instrumentos transformadores:
1) determinar una única función de la escuela: favorecer el proceso de enseñanza-aprendizaje;
2) flexibilizar la organización institucional otorgando mayor libertad a sus miembros para ir consolidando la autogestión;
3) consolidar las autonomías de las instituciones permitiéndoles diferenciarse entre sí;
4) propugnar una relación docente-alumno más abierta y sincera; más exigente ya que expone a ambos a las consecuencias de sus errores; más de persona a persona y no de persona a grupo y que favorezca la recuperación de la autoridad pedagógica.
Entonces, ya estamos en condiciones de realizar la tarea para la que hemos sido formados y los docentes podemos revertir la situación justamente tomando los conflictos y dándolos vuelta a nuestro favor.
Revertir los conflictos
Abundancia de información: aprovechar su democratización
Los datos al alcance de todos le quitan al docente el papel privilegiado de “poseedor y transmisor” de conocimientos que hasta hace poco ostentaba. Sin embargo, desde la escuela desperdiciamos la posibilidad de que todos se responsabilicen de la tarea de aportar la información, no sólo el dato,que ayude a consolidar el conocimiento.
Libertad del aprendiz: explotarla en favor del aprendizaje
Gracias a la posibilidad de estudiar solo por Internet, en revistas, en libros, por cable, etc., el joven retoma la oportunidad y dirección de su formación. No depende de lo que le quieran enseñar en la escuela, busca movido por su interés. Lo notable es que ese interés suele autoalimentarse por su propia satisfacción. También es una oportunidad para el docente valerse de esta automotivación para lograr, partiendo de ella, llegar al conocimiento institucionalizado.
Nuevas habilidades informáticas: intercambiar roles
Internet es la mayor base de datos conocida hasta ahora. En este terreno los jóvenes han adquirido una capacidad mayor que sus docentes. Si los docentes se decidieran a tomar el papel de alumnos e incitar a “sus alumnos” a que tomen el de docentes en la enseñanza de estas nuevas habilidades podrían dar lugar a una inédita experiencia docente que seguramente los enriquecería a todos. El desafío es utilizar al máximo todos los recursos informáticos como instrumentos idóneos para la adquisición de conocimientos.
Valores generacionales distintos: lograr que convivan
El estudio, el respeto a las reglas, el espíritu de grupo, pero también el individualismo y la fe en un mañana mejor son particularidades detectadas en los jóvenes que no siempre se manifiestan en las instituciones educativas. Esto ocurre porque en esos ambientes no se permite la exposición de las individualidades ni se admiten los criterios propios de los jóvenes.
Revertir esta situación, darle un espacio ordenado al joven, hacerlo sentir partícipe de la tarea pedagógica puede hacer que la relación se enriquezca y cambie de confrontación a trabajo en común.